La Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA) llamó a la séptima movilización reclamando un lago y costa de acceso público.
En la sede central de la Federación Gráfica Bonaerense tuvo lugar la primera reunión presencial de quienes participarán, en la séptima marcha por la soberanía en Lago Escondido aún sin fecha confirmada, pero aseguran que «sería entre fines de enero y principios de febrero».
El presidente de FIPCA es el teniente de fragata (RE), Julio Cesar Urien quien cuenta con el apoyo de sindicatos de la CGT y la CTA, y de agrupaciones peronistas y del kirchnerismo.
El magnate ingles colocó seguridad privada que prohíbe el ingreso al lago a turistas y lugareños si es necesario por la fuerza. Además, hay alambrados, candados y cámaras en el bosque para evitar el uso del derecho de acceso a las costas públicas.
En este contexto la FIPCA organiza la marcha por la soberanía desde 2017 con la siguiente organización para llegar al punto dónde se realiza la protesta: por un camino corto en vehículos y otros a pie por montaña.
Urien puso de relieve que la Justicia determinó que hay dos caminos públicos para acceder al Lago Escondido: «el de Tacuifí y el camino de montaña, pero esos y otros caminos están bloqueados adrede por Lewis».
En la reunión el Urien destacó que “Allí en octubre quedó al descubierto que se reúnen grupos económicos, sectores de la Justicia y del poder financiero, y opositores. Y definen políticas para condicionar a los gobiernos democráticos. El actual, por ejemplo. Y también perseguir a dirigentes, como la vicepresidenta (Cristina Kirchner)”. Además, destacó «la firma Hidden Lake -empresa fantasma que se creó para que Lewis se apropie de la tierras mediante un subterfugio con las leyes- reconocieron que la empresa pertenece a la corona británica (…) Ante esto nosotros nos planteamos recuperar espacios de soberanía”.
El marino reveló, asimismo, que además de las marchas a Lago escondido, se organizará una tercera manifestación en Sierra Grande, sobre el océano Atlántico. Allí la empresa de Lewis tiene nada menos que una pista aérea. “Nosotros queremos demostrarles que los estamos observando”, señaló Urien.