El entendimiento político alcanzado a nivel nacional entre el presidente electo, Javier Milei, y el exmandatario Mauricio Macri no va a tener, en principio, una correlación en la administración porteña.
TELAM – Las diferencias en los distintos sectores opositores de la ciudad de Buenos Aires comenzaron a tomar forma en los últimos días, en la antesala de la asunción del jefe de Gobierno electo, Jorge Macri, el 7 de diciembre.
Los libertarios no fueron convocados para formar parte del nuevo gabinete y tampoco mantienen instancias de negociación con el PRO, según reconocen fuentes partidarias.
Las diferencias quedaron expuestas el pasado jueves, cuando el bloque de LLA votó en contra de la Ley de Ministerios en la Legislatura porteña, en rechazo a que el nuevo esquema sume nuevas administraciones.
Para los legisladores de LLA es clave que el jefe de Gobierno entrante se comprometa a bajar impuestos y reducir el gasto público, un reclamo que también sostuvieron contra la administración de Horacio Rodríguez Larreta.
La ley que oficializó cambios en la estructura del Gabinete porteño consiguió igualmente ser aprobada gracias a los 32 votos de los bloques oficialistas de Vamos Juntos y UCR-Evolución. Tuvo 18 abstenciones de la bancada de Unión por la Patria (UxP) y ocho en contra de LLA y del FIT-Unidad.
Mientras tanto, la crisis interna a nivel nacional dentro de Juntos por el Cambio (JxC) también se expresa en la Ciudad, donde todavía es incierto cómo va a operar la coalición en los bloques parlamentarios, o incluso si seguirá habiendo alianza.
Allí el radicalismo no fue incluido para integrar el Gobierno de Jorge Macri a pesar de que el candidato de la UCR, Martín Lousteau, logró obtener un 27,21% en las PASO de este año y perdió por solo un punto y medio ante el postulante del PRO.