El Presidente participó de la 77° Asamblea General de la ONU en la que se sumó a la gestación de una iniciativa internacional para alcanzar la paz en Ucrania. El lunes se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
El presidente Alberto Fernández volvió de la gira por Estados Unidos con la predisposición del FMI de revisar el año que viene las metas del acuerdo, mientras que en otra clave del viaje se sumó a la gestación de una iniciativa internacional para alcanzar la paz en Ucrania, restablecer el suministro de bienes y calmar la tensión de precios en el mundo.
El diálgo con el FMI
La posibilidad de que el organismo acepte modificar el programa está supeditada a que las nuevas condiciones sean favorables a los intereses del país, subrayó la delegación, al tiempo que el debate sobre cómo coordinar una acción multilateral para poner fin a la guerra fue otra de las prioridades de una visita en la que Argentina fue escuchada como representante de un bloque regional.
La chance de una flexibilización del acuerdo con el FMI se desprendió de la reunión que Fernández mantuvo el lunes por la mañana en el Consulado argentino en Nueva York con la directora del organismo, Kristalina Georgieva, apenas un rato después de que se anunciara la aprobación de la segunda revisión técnica.

«Vamos a ver si nos conviene; si es así, aceptaremos», concedieron fuentes oficiales ante la posibilidad de que el Fondo acepte en 2023 flexibilizar las metas del entendimiento que fue alcanzado a finales de enero por el exministro Martín Guzmán.
De todos modos, la delegación argentina aclaró que en la reunión en el Consulado «no se habló» con Georgieva de ese tema, aunque la propia directora del Fondo «dice que, a raíz de la guerra, hay que revisar las metas, y eso nos incluye».
Teniendo en cuenta que el año próximo es electoral, al gobierno argentino le resultaría favorable quedar eximido de algunas medidas de control del gasto público para reducir el déficit fiscal.
Ante la ONU
En cuanto a la búsqueda por contribuir al llamado a la paz, en el viaje presidencial a EEUU con motivo de la 77° Asamblea General de la ONU comenzó a evaluarse la alternativa de una intervención conjunta de mandatarios de varias regiones del mundo que ejerza presión por una apertura del diálogo.