Tal como le ocurrió a Pettovello y a Martín Menem, el presidente fue insultado. Tuvo que meterse adentro de su oficina a las apuradas.
Javier Milei salió al balcón de la Casa Rosada para saludar por su cumpleaños y recibió insultos de los universitarios que estaban en una clase pública. Es el quinto episodio de reprobación que viven los funcionarios del gobierno en diez días.
Por la mañana los granaderos le dieron una bienvenida especial al Presiente y le tocaron el feliz cumpleaños. Acompañado por su hermana Karina, Milei les agradeció emocionado.
Más tarde se reunió con casi todo su gabinete y, tal vez imbuído en un espíritu festivo, el presidente decidió salir al balcón junto a sus ministros para saludar a una veintena de paseantes que estaba frente a la casa de gobierno.
A pocos metros de allí, la UBA había organizado una clase pública para rechazar el veto al aumento universitario. La policía había comenzado a colocar un vallado, pero no llegaron a completarlo.
Apenas vieron que Milei había salido a saludar, los estudiantes atravesaron media plaza a paso redoblado y hubo insultos y cantos contra el presidente. «Universidad de los trabajadores/ y al que no le gusta, se jode, se jode», fue el verso más repetido mientras de fondo se escuchaban gritos de «vendepatria».
Mientras la muchedumbre se acercaba, los ministros se fueron metiendo rápidamente en la oficina de Milei.
Una de las primeras en entrar fue Sandra Pettovello, que había sido insultada en Aeroparque días atrás mientras utilizaba los micros del aeropuerto. Milei también fue reprobado cuando se acercó al local de empanadas que acogió al libertario Fran Fijap. Lo mismo sucedió con Martín Menem, quien sufrió dos escraches en menos de 24 horas.
El primero fue en Río Gallegos en Santa Cruz donde intentó inaugurar un local de La Libertad Avanza y lo corrieron a huevazos. El sábado enfrentó un repudio en La Plata, cuando se acercó a encabezar un acto partidario junto a Karina Milei y el armador bonaerense Sebastián Pareja.