Se destaca la labor crucial de las organizaciones sociales en los barrios, especialmente en tiempos de crisis.
A través de testimonios como el de Yenifer Nuñez, coordinadora de varios espacios comunitarios, se muestra el impacto positivo de estas organizaciones en la vida de los niños y niñas, así como el desafío que enfrentan ante la reducción de apoyos gubernamentales y el desprestigio social.
Cuando le preguntas a quienes sostienen espacios comunitarios en los barrios, donde se asiste a niños y niñas con meriendas y actividades diversas, sobre cómo se sienten cuando algunos opinan sobre el trabajo que realizan día a día, te encuentras con respuestas como la de Yenifer Nuñez, quien coordina varios espacios de contención en San Vicente.
Durante la pandemia, los trabajadores y trabajadoras sociales que forman parte de la Organización Nuestramérica Federal – UTEP estuvieron en primera línea para asistir a las familias de los barrios con alimentos, insumos para higiene, apoyo escolar, trámites, asistencia en emergencias y apoyo constante.
Anuncio
«Visitamos, como podíamos, a las familias en los barrios donde trabajamos durante la época del COVID-19», expresó Yenifer Nuñez. «Los vecinos y vecinas nos recibían bien, nos felicitaban por la tarea realizada, que consistía en la asistencia alimentaria y el seguimiento de las tareas escolares de los niños».
Durante la pandemia, las organizaciones sociales tuvieron un rol fundamental en la asistencia a barrios populares, donde los gobiernos nacionales, provinciales y municipales no llegaban.
«Los chicos, debido a las restricciones de la pandemia, no asistían a los espacios, entonces nosotras, la mayoría mujeres, visitábamos a las familias de los niños, les llevábamos un módulo alimentario y seguíamos sus actividades escolares». Continuó: «Me acuerdo que también asistimos a varios medios de comunicación locales, entregando módulos alimentarios a los directivos, ya que la venta de publicidad se había caído ferozmente». Según Nuñez, la organización decidió asistir a trabajadores y trabajadoras de medios de prensa, ya que muchos pasaban por una situación de incertidumbre debido a la caída drástica de las ventas publicitarias durante el receso económico provocado por la pandemia del COVID-19. «Recuerdo que asistimos a 7 u 8 medios locales; algunos aún lo recuerdan, otros ni siquiera nos saludan».
Desde que asumió Milei, se inició un desguace del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cortando la entrega de alimentos a los merenderos y muchos derechos que el sector de la economía popular había conquistado, como el nexo doble por tareas esenciales. «Hoy seguimos sosteniendo todos los espacios a pesar de la actitud del gobierno de Milei», agregó Nuñez. «Nuestros espacios en los barrios Samaritano, San Roque, San Ramón, Florida, Sol de América, 25 de Mayo continúan funcionando a pesar del desprestigio que parte de la sociedad lanza sobre nuestra tarea».
Los beneficiarios del ex Potenciar Trabajo, hoy divididos en dos programas, Acompañamiento Social y Volver al Trabajo, tienen sus ingresos congelados desde diciembre de 2023, con un monto de 78 mil pesos mensuales. La decisión de Milei es no actualizar este monto hasta diciembre de 2024, impulsando el vaciamiento de los espacios existentes.
Si estos espacios fundamentales en los barrios desaparecen, ¿quién se hará cargo de los niños y niñas? ¿Quién se ocupará del suplemento alimentario? ¿Quién los ayudará con las tareas escolares?